La "Posverdad" y el "doblepensar" conlleva una ética a la carta.
En esta sociedad de consumidores conectados e indexados a la “world wide web”, y sujetos a la criba de sus algoritmos, donde sus “oráculos”; google, Facebook y sus grandes plataformas asociadas ganan poder de influencia, canalizando e impulsando las emociones a base de “clicks”, capaces de relativizar o manipular la realidad y como consecuencia abocándonos a la “posverdad”(circunstancia en que los hechos objetivos influyen menos en la formación de la opinión pública que los llamamientos a la emoción y a la creencia personal - diccionario de Oxford).
Además parece que hay una ética a la carta o de conveniencia que nos aproxima al “doblepensar” descrito por George Orwell en su libro 1984; “facultad de sostener dos opiniones contradictorias simultáneamente, […] decir mentiras a la vez que se cree sinceramente en ellas, olvidar todo hecho que no convenga recordar, y luego, cuando vuelva a ser necesario, sacarlo del olvido sólo por el tiempo que convenga, negar la existencia de la realidad objetiva sin dejar ni por un momento de saber que existe esa realidad que se niega”.
En esta nueva “ética a la carta” todo es relativo conforme los intereses o de las circunstancias del momento... la verdad no importa.
- “Hay millones de facetas de la verdad, pero una sola verdad” (Hermann Hesse)
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